Casi siempre oímos decir que la adolescencia es una etapa conflictiva en la vida de una persona. Lo cierto es que esta es una construcción cultural; mientras que la pubertad es un hecho biológico y sí puede considerarse una crisis o una etapa de desafíos a superar.
Una de las características principales de los adolescentes es la dificultad de expresarse frente a los padres. Esto se debe a que no pueden identificar bien lo que sienten, no al hecho de que no quieran hablar. Hay una progresiva pérdida del mundo infantil. De allí que el adolescente avance y retroceda, tenga algunas conductas maduras y otras infantiles. En realidad, está reconstruyendo su "yo" que es débil, razón por la cual toda palabra de rechazo o de exigencia producirá en él una reacción intensa. Sentir que está siendo expuesto a la humillación es lo peor que le pude pasar al adolescente.
Estas son algunas ideas prácticas para los padres de adolescentes:
Ayudarlos a historiarse
El adolescente vive en un eterno presente, en el aquí y en el ahora, en el corto plazo. No ve el mañana. Por ello, los padres deben ayudarlos a construir un puente entre el presente y el futuro. "¿Cómo te ves de aquí a un par de años?", es una buena pregunta para realizarles. Aunque no puedan dar una respuesta, se los irá ayudando de a poco a incorporar el mañana y a construir un proyecto, o varios, a largo plazo.
Jamás infantilizarlos
Los padres deben tomar muy en serio lo que ellos dicen. De esa manera, se abre el mundo de la comunicación porque sienten que se los respeta como personas. Se habla a menudo de la crisis de la adolescencia, pero esta también involucra a los padres. Es decir que tenemos dos duelos: el duelo del adolescente, que abandona el mundo infantil para ingresar en el mundo adulto, y el duelo de los padres frente al crecimiento de sus hijos y la aceptación de esta nueva etapa.
Ayudarlos a "irse antes de irse"
Se trata de motivarlos para la autonomía (del griego auto y nomos: tener una ley interna propia). La autonomía es la capacidad de cuidar de sí mismos, de participar en las tareas del hogar, etc. El adolescente necesita ver que sus padres desean ayudarlos a lograr esa independencia pero que no es necesario huir del hogar, sino que pueden comenzar a ejercerla ya en casa. En muchos jóvenes que se sienten asfixiados y fusionados aparece la agresión verbal. En algunos casos, también puede haber agresión a nivel físico; es el caso de los hijos que les pegan a sus padres. Dicha agresión muchas veces puede ser una manera de desprenderse, aunque ¡nada justifica la violencia!
Focalizarse en sus fortalezas
Los menores aprenden más por lo positivo que por lo negativo.
Pasar tiempo de calidad con ellos
Algunos padres dicen: "Yo me mato por mi familia". En realidad, esta frase esconde el hecho de que les encanta trabajar y dedicarse a hacer lo que hacen. La pregunta es: ¿Lo hacen por su familia o porque los satisface a ellos? Si hacemos algo por nuestra familia, es importante generar además el espacio para compartir con ellos y disfrutar de los vínculos afectivos.
Ayudarlos a verse como pares
La mayoría de los adolescentes son extremistas e hiperidealizan a una persona: "¡Es el mejor del mundo!", dicen. O la exterminan: "¡Este es un inútil que no sirve para nada!". Los padres pueden enseñarles a no idealizar ni descalificar a los demás y a no colocarse arriba ni debajo de nadie, sino a ver al otro como un par. Aunque existan distintos roles y jerarquías, el valor humano es el mismo para todos. Cuando somos capaces de ver al otro como un par, es más fácil cultivar las relaciones afectivas.
No hay una etapa más linda que otra. Cada etapa evolutiva tiene su encanto y está en uno mismo ser capaz de verlo esto y disfrutarlas por igual. Hoy más que nunca los adolescentes necesitan aprender que "esfuerzo y placer" es lo mismo, no se trata de dos cosas separadas. Y que todo lo bueno que consiguen es a través del esfuerzo, del trabajo inteligente, de llevarse bien con sus pares y de pararse sobre los valores.
Articulo por Bernardoresponde@gmail.com